22/10/13

EMILIO BOTIN (*)



Botín insiste: "Entra dinero de todas partes"
Por Diego Caldentey Hace 20 horas
Este blog pretende reflejar una mirada sobre la actualidad más caliente. Pero, en la presente ocasión, permítanme retrotraerme a una noticia que ocurrió este fin de semana. Sí, es verdad, no hay nada más viejo que el diario de esta mañana. Y más, si uno decide abordar un hecho que ya se ha consumado no hace un día, sino tres… Lo que ocurre es que esas malditas frases y esa increíble voz han rondado de manera escalofriante en mis sueños durante las últimas horas: vuelven una y otra vez a mí. 

Todavía no consigo despegar de mi mente (y de mis vísceras) aquella frase que Emilio Botín (*) ha escupido sin un ápice de vergüenza, y que ha ratificado a los dos días en Estados Unidos. ”En España vivimos un momento fantástico. Entra dinero de todas partes”, comentó el presidente del Grupo Santander tan suelto de cuerpo. En infinidad de ocasiones se nos acusa a los periodistas (no sin cierta lógica) que las opiniones y declaraciones sacadas fuera de contexto tienen únicos fines mercantilistas e inescrupulosos en los medios. 

En el caso que nos ocupa, si hablamos de cuestiones inherentes al mercantilismo y a los escrúpulos, precisamente, y si está Botín de por medio, el resultado no puede ser mejor… ¿O, en verdad, no hay nada peor? Pues bien, para quienes no escucharon las palabras del banquero embriagado de optimismo y presa de alucinaciones insólitas en un atril, lo resumo (eso sí, todas las personas que sufren alteraciones cardíacas están advertidas). En una disertación celebrada en Nueva York, con motivo del cambio de marca de la entidad que preside, que dejará de llamarse en Estados Unidos Sovereign para recuperar su “denominación de origen” como Santander Bank, don Emilio habló confiado. Bueno, en realidad dejó unas perlas que quedarán para la posteridad. ¿Cuáles fueron?

Uno: “España está en un momento muy bueno, hay que aprovecharlo". Dos: “Estoy muy tranquilo por la banca española”. Tres: “Todo el mundo tiene interés en invertir en España”. Cuatro: "La banca española está maltratada" Cinco: “Santander va a salir con matrícula de honor de la crisis. Es la entidad más fortalecida". Seis (y ya vamos terminando): “Los bancos estamos deseando prestar”. Y para el final, la apoteosis: “Rodrigo Rato (quien ha sido fichado por Botín como “asesor internacional” del Santander) ha sido el mejor ministro de la monarquía y expreso mi más absoluta satisfacción de poder contar con él”. Fin de la cita.


Gracias Botín por darnos tantos titulares a los medios… Preferimos esta compulsiva catarata de insensateces al silencio más sepulcral cuando solemos preguntarle –micrófono o grabadora en mano- cómo van esos temitas suyos con la Justicia, porque en los últimos meses ya parecía mudo y harto de que afloren como hongos los asuntos judiciales, superadas ya las cesiones de crédito, la indemnización a su anterior consejero delegado, los pequeños escándalos de sus causas por evasión fiscal, y el tendal de cientos de empleados que dejará en la calle en los próximos dos meses tras haber absorbido Banesto (cuya imagen de una sucursal en vías de extinción acompaña estas líneas)…

Ay, ay, ay… ¿por qué los políticos, banqueros y empresarios se empecinan en “distenderse” cuando cruzan las fronteras? Se montan en un avión y olvidan que vivimos en un mundo globalizado, donde todo se sabe y se ve. Mariano suele dar ruedas de prensa y hablar con los medios sólo cuando está fuera, y al lado (o debajo, siempre debajo) de Merkel… Lo mismo Botella, que en su gira “olímpica” frustrada por Buenos Aires concedió más entrevistas a los medios en dos días que durante todo el año en el Ayuntamiento. Aunque, ya sabemos, el pez por la boca…invita a café con leche en Plaza Mayor…

Pero volvamos al banquero. Como les decía, después de meses de intentar evitar a la prensa, cuando ya hasta había reaccionado muy mal y con furia, perdiendo los papeles y retirando la palabra hasta a un propio inversor durante las Juntas de Accionistas, porque éste le preguntó por el coste deteriorado de su imagen en el juicio a su ex consejero Sáenz, ahora ha cambiado el semblante.

Cuando dijo recientemente en Nueva York, y repitió después en Harvard. que en “España entra dinero a la Bolsa, entra dinero a los bancos, está entrando dinero de todas partes”, ¿se refería a los holdouts, más conocidos como fondos buitre que están comprando a precio de ganga? ¿O cuando aplaudió en ese foro al Gobierno del PP porque está encarando “reformas muy importantes como la financiera”, se refería a leyes como la de la Amnistía Fiscal (¿le suena, Bárcenas?) con la que pretendía el Ejecutivo sacar de las tinieblas de los paraísos fiscales 25.000 millones de euros en 2012?

¿Dónde está la coherencia de estos señores que hablan de una “banca solvente” cuando seguimos teniendo puesto el respirador artificial, con requisitos más que férreos, controles rigurosos e intereses desorbitados por haber tenido que arrodillarnos para suplicar una “asistencia financiera” a la UE (en la jerga de la calle, “rescate bancario”) por más de 40.000 millones de euros?

Botín puede mostrarse feliz y radiante por innumerables motivos personales. Ha amasado una de las más grandes fortunas y hasta salido indemne de causas judiciales y denuncias que en su momento le cambiaron el estado ánimo. Cómo no recordar, por ejemplo, cuando el juez Andreu admitió a trámite, en 2011, una querella de la Fiscalía Anticorrupción contra él, su hermano, y otros diez familiares por los presuntos delitos de fraude fiscal y falsedad documental. 



Los fondos en Suiza, según esa denuncia, ascendían a unos 900 millones de euros. La regularización de 200 millones que efectuó posteriormente procedió de la imposición del 40% del IRPF a los rendimientos durante cinco años, más la tributación del 1% del Patrimonio de tres años, ya que este impuesto desapareció, más recargos.

Por eso, ese caso finalmente quedó archivado, aunque otros han brotado en paralelo y en las sombras. De todas formas, de allí a pensar “en positivo” sobre una España irreal que él describe como Disney World hay un largo trecho… “Vivimos un momento fantástico”, aseguró sin titubear. Y peor, una vez conocida la tremenda repercusión negativa y el asombro que tuvieron en España sus primeros dichos, volvió a ratificar lo mismo en Harvard, dos días después. "Me hago cargo de lo que he dicho y estoy encantado de hacer estas declaraciones en Estados Unidos", desafió. 

Que se lo cuente a los parados, a los pensionistas, a los empleados públicos, a los funcionarios, a los autónomos, a los tres millones de españoles que no tienen comida y malviven con 300 euros al mes, a los tipos con más de 40 años que ya son viejos para el sistema laboral y se han quedado fuera de todo… Que abandone la primera clase unos minutos en los aviones en los que viaja habitualmente, porque seguro que durante esos mismos vuelos, en clase turista, unos cuantos metros detrás suyo, se encontrará con decenas de jóvenes rostros que escapaban de España a cualquier parte y sin pasaje de regreso. Hombre, ya está bien de que nos tomen tanto el pelo… que los chistes y los cuentos se los festejen tantos devotos suyos que lo admiran en este país como empresario exitoso.

El “septuagenario diminuto”, como alguna vez le apodó The Financial Times, esta vez no pronunció en Nueva York su premisa de cabecera: "La banca es como un juego, y al final siempre gana el mejor". Nosotros ya ni siquiera participamos, señor Botín… Total, al final siempre perdemos los mismos. 

(*) Ganancia de los piratas y salteadores de caminos


Hace 6 horas

No puedo expresar lo que me viene a la cabeza, es demasiado fuerte. Pero esta claro que
con la palabra y las buenas intenciones no tenemos nada que hacer.
Se lo están buscando, tarde o temprano, se romperá la cuerda. Historícamente los conflictos sociales siempre se han resuelto igual ¡¡¡¡¡CON SANGRE!!!!!